Hay una coseja que se me olvidó comentar en el anterior post, mi reseña de la trilogía de "50 Sombras de Grey". Ya sé que ya la puse bastante fina a la pobre, pero es que si me callo esto... ¡reviento! No se si alguien se habrá dado cuenta, yo en internet no he encontrado ninguna referencia a lo que voy a desvelar. A ver, que tampoco es quién mató a Kennedy; pero al menos llama la atención.
De tod@s es sabido que la cantante Beyoncé ha hecho una nueva versión de su famoso tema "Crazy in love" para la adaptación cinematográfica de la primera novela de la saga. Preciosa, por cierto. La he estado buscando en Youtube pero al parecer solo hay covers, no he encontrado la versión completa y original de Beyoncé. De todas formas se puede escuchar de fondo en el primer tráiler de la película, y otro tema nuevo de la cantante, "Haunted", en el segundo tráiler estrenado hoy mismo.
El caso es que en la trilogía ya se hace referencia a esta canción ("Crazy in love"), concretamente en el segundo tomo, 50 Sombras más oscuras. En la página 125 de la edición de bolsillo, Anastasia se dispone a cocinarle una tortilla española a su amo. Pero lo sorprendente no es que la tortilla sea española, que también me llamó la atención, sino la banda sonora que la protagonista elige para tan emocionante momento.
Si voy a cocinar, necesito música, ¡y voy a cocinar de forma insumisa! (Aplausos). Me acerco al equipo que hay junto a la chimenea y cojo el iPod de Christian. Apuesto a que aquí hay más temas seleccionados por Leila (así que se llamaba así), y me da terror pensarlo (tod@s sabemos lo peligroso que es escuchar música en un iPod, y más si mientras tanto preparas tortilla española). (...) Repaso la larga lista. Quiero algo animado. Mmm. Beyoncé... no parece muy del gusto de Christian. "Crazy in love". ¡Oh, sí! Muy apropiado. Aprieto el botón y subo el volumen.
Después llega Grey, que comenta que le gusta bastante la canción a pesar de que fue su ex sumisa de cuyo nombre no quería acordarme quien la puso ahí y la cambia. Se comen la tortilla, echan dos polvos y Anastasia se ducha, momento en el cual nos narra sus fascinantes pensamientos.
Y luego está Leila –seguramente andará por aquí cerca con una pistola–y su lamentable gusto musical, todavía presente en el iPod de Christian.
Teniendo en cuenta que fue ella quien seleccionó para Grey canciones como la de Beyoncé o "Toxic" de Britney Spears... ¿está queriendo decir Anastasia que "Crazy in love" es una lamentable elección musical? Curioso que ahora Beyoncé haya aportado no una, sino dos canciones a la banda sonora de la adaptación cinematográfica.
Conseguí leerme esta trilogía a
la segunda. Me explico: me enteré de su existencia allá por el 2012,
concretamente a finales de año. Por aquel entonces cada tomo costaba unos 18
euros, por lo que descarté inmediatamente leérmelos en papel, a pesar de que es
mi forma predilecta de lectura. De hecho, empecé a leérmelos en el móvil, tal y
como me aconsejó una amiga; pero era incapaz de estar más de 15 minutos
seguidos sin que se me cansara la vista. Dicen que con los lectores
electrónicos no pasa eso, que es lo mismo que un libro de verdad y que algunos
incluso se tienen que usar con la luz encendida, como las primeras Game Boy. Yo de momento sigo prefiriendo
el soporte de papel, ya sé que es más caro y menos ecológico pero no sé,
llamadme antigua; a mí me gusta tener el libro entre las manos, usar cualquier
cosa de marca páginas y guardarlo en mi estantería cuando lo termino para
volverlo a leer en algún momento del futuro. Bueno, que me desvío del tema; el
caso es que lo dejé más o menos después del primer polvo entre Christian y
Anastasia porque era incomodísimo leer en la pequeña pantalla de mi móvil (el
primer Smartphone que tuve, un Nokia
de unas 3 pulgadas) y porque los exámenes de enero estaban a la vuelta de la
esquina. Por cierto, mi amiga se leyó los 3 libros en el móvil, claro que su
pantalla era de más de 5 pulgadas. Yo es que nunca he sido muy afortunada con
la tecnología, jamás en la vida he tenido un móvil o un ordenador magnífico,
siempre he ido a lo low cost. De
hecho esa es la razón por la que al final me leí la trilogía, porque 2 años
después, en verano de 2014; encontré cada tomo a 6,95 euros. Ya no tenía
excusa, como rezaba la promoción.
Volví a empezar desde el
principio porque aunque me acordaba más o menos de lo que pasaba hasta el
primer polvo, sabía que había cosas de las que me había olvidado completamente;
como de los personajes de Katherine y José. Aunque luego me di cuenta de que
daba igual, dada la poca transcendencia de ambos en el conjunto de la historia,
pero no adelantemos acontecimientos. Me leí los 3 libros en unas 2 semanas, y
porque me pilló en verano y es cuando menos tiempo paso en casa. La conclusión
general es que estoy completamente de acuerdo con la mayoría de opiniones que
he leído en internet (porque en mi círculo más cercano solo se hablaban
maravillas) y que afirman que esta
trilogía no está mal, pero cumple mucho menos de lo que promete. El que se encargara del marketing se merece
mucho más reconocimiento que la escritora, aunque en determinados sectores
creo que lo tenía bastante fácil.
Como he comentado anteriormente,
todas mis amigas y conocidas se deshacían en halagos hacia las novelas: bonita,
apasionante y excitante eran los adjetivos con los que más se referían a la
trilogía. Pero, sin ánimo de ofender a nadie (y menos a mis amigas); es muy
fácil impresionar a unas jóvenes que apenas acaban de abandonar la adolescencia
(y la virginidad), que lo último que se han leído es la saga Crepúsculo y que nunca han leído nada
erótico. Creo que este último motivo es el más importante para entender por qué
50 Sombras de Grey les resulta
excitante, y es que sencillamente no tienen nada con lo que comparar. Por eso
creo que la trilogía ha tenido tanto
éxito: porque para la mayoría de las mujeres que la han leído, era su primera
lectura erótica. Era la primera vez que leían un polvo, cosa de la que Crepúsculo te dejaba con muchas ganas.
Para las que nos pilló terminando la pubertad (me incluyo aunque yo ya estaba
un poco más crecidita) fue la
continuación perfecta de la saga vampírica, el paso del romanticismo y el pudor
a la lujuria y el desenfreno. Sin embargo, y esta es mi opinión, las
novelas de 50 Sombras son excitantes
y ahí se quedan; porque pueden llegar a encenderte la libido en un momento
determinado pero acaban cansando (más adelante explico detenidamente por qué).
En cuanto a si son bonitas, reconozco que tienen algunos puntos románticos (los
justos para que las lectoras de Crepúsculo
no pierdan la fe en el amor eterno); pero en cuanto a si son apasionantes… Sí,
la lectura es fácil y rápida y puede considerarse que “engancha”; pero he de
comentar que en algunos pasajes me costó horrores continuar.
Vamos primero al tema del sexo,
que es el que más interesa. Que sí, que los primeros pasajes te encienden la
imaginación, incluso puede que “te calienten el horcate” como se dice aquí en
mi tierra; pero en el trigésimo sexto
polvo te empiezas a cansar. Más cuando te das cuenta de que toda la novela es
así; de que aparte del insulso monólogo interior de la protagonista la
historia es únicamente sexo. Seamos sincer@s; 50 Sombras de Grey no destaca por una trama fascinante ni unos
personajes bien conseguidos, hasta las famosas 50 sombras decepcionan. Me pasé
las 3 novelas deseando descubrir la inquietante explicación de porqué Christian
es como es; y hasta eso me pareció soso y predecible. Pero de eso hablo más
adelante. Siguiendo con lo del sexo, a mí por lo menos no me escandalizaron tanto las técnicas de BDSM que se describen en los
libros. Reconozco que hubo alguna cosa que otra que me llamó la atención y
que estaría dispuesta a practicar (no seamos mojigat@s, ya que el libro es solo
sexo, por lo menos habrá que coger ideas); pero ni de lejos es tan sorprendente
como lo anunciaban. El problema de nuevo es ese, que las expectativas juegan en
contra. Y que conste que yo no practico sexo con fustas ni látigos, pero
supongo que me esperaba más. Una amiga mía llegó a contarme que su novio se
lesionó mientras imitaban uno de los pasajes del libro y claro, yo flipé. Pero
flipé aún más cuando por fin me lo leí, pues no encontré cómo podía nadie
lesionarse haciendo eso; y menos el hombre. La mujer quizá, por eso de estar
atada y tal, pero ya no me atreví a preguntarle a mi amiga qué narices
hicieron.
En cuanto al argumento, se resume como un rollete de una noche: solo
sexo. Espero con ansia la adaptación cinematográfica porque no sé cómo se
puede hacer una película de esta saga sin que sea porno. Hay muy poco argumento,
muy poca historia, muy pocos pasajes sin sexo; por lo que imagino que habrá
muchas escenas de folleteo a cámara lenta con canción romántica de fondo. Y es
que al menos el libro no da para más: personajes principales muy predecibles,
personajes secundarios completamente prescindibles y una historia de amor que
ni siquiera es apasionante. No, lo siento, yo
no me he enamorado de Christian Grey. Y no me gustaría que ninguna chica lo
hiciera. Y es que una cosa es ser un dominante en la cama, que puede llegar a
ser excitante; y otra es serlo en la vida real. Si Grey no fuera un guapísimo millonario nadie dudaría en llamarle
machista y controlador obsesivo. Y esto último no es ningún secreto, queda
completamente claro en el libro. Anastasia ni siquiera puede salir a tomar una
copa con una amiga sin que él se enfade, y eso no se puede disculpar en la
sociedad de hoy en día por muchas sombras que tenga el señorito. Que esa es
otra, lo de las sombras; que vale que de pequeñito lo pasó muy mal; pero se ha
criado en una familia cariñosa (y rica, que no digo que las familias adineradas
sean mejores, pero se pueden pagar un buen psicólogo) durante el tiempo
suficiente como para superar el trauma. Y luego está lo de la señora Robinson,
pero él fue su sumiso, lo cual no explica por qué le gusta ser dominante. Yo no
sé mucho de este tema pero tengo entendido que cuando una persona adopta el rol
de sumiso o dominante, no lo cambia con el paso del tiempo porque es algo que
va implícito en la personalidad de cada uno. Pero en fin, a irritante a la
personalidad de Grey no le gana nada.
¿Y qué decir de Anastasia? Ya era
difícil ser más sosa que Bella, pero la escritora de 50 Sombras lo ha conseguido (recordemos que empezó como un fanfic de Crepúsculo). Pero bueno, al menos el personaje de Bella era
original; pero yo creo que ya está bien
de protagonistas tímidas, dóciles y con baja autoestima. Por no hablar de
la virginidad, que me puedo creer que Bella la tenga con 17 años, pero ¿una
universitaria con veinte y pico? Aunque eso es un detalle menor, que cada uno
conserve su pureza cuanto quiera (y allá quien se lo crea). Lo que de verdad me
preocupa es el prototipo de mujer que parece que se está imponiendo en este
tipo de novelas. Vuelvo a repetir que se puede ser una sumisa en la cama como
forma de darle morbo a las relaciones sexuales; pero no me gustaría que nadie se creyera que la mujer ideal es aquella que
también es sumisa fuera del dormitorio. Anastasia no puede hacer
absolutamente nada sin pedir permiso, al de las sombras le molesta incluso que
trabaje; mientras que él puede hacer absolutamente lo que le venga en gana. De
hecho, ella también tiene que hacer lo que él desee, tanto dentro como fuera de
la cama. Ya sé que es ficción y no un manual de cómo comportarse en pareja,
pero repito que me preocupa que las jóvenes lo tomen como ejemplo, y más cuando
ya vienen influidas por el personaje de Bella.
En definitiva, que Anastasia no me cae tan mal como su pareja,
pero creo que le falta un poco más de sangre en las venas. Los momentos en
los que más disfruté fueron cuando mandó a Grey a la mierda al final de la
primera novela (aunque sabía que caería rendida en sus brazos al comenzar la
segunda) y cuando se enfadó con él por el numerito que le monta cuando le dice
que está embarazada en la tercera. Es decir, cuando le planta cara y demuestra un
poco de fuerza y seguridad en sí misma. Sin embargo, esos momentos son
demasiado escasos. La novela se desarrolla entre polvos intercalados por los
sosos pensamientos y momentos de la vida cotidiana de la protagonista; y hasta
cuando no está con Grey la tía no hace otra cosa que pensar en él. Mejor dicho,
no hace otra cosa que someterse a él. Y yo lo siento mucho pero a mí me ha llegado a cansar muchísimo el ritmo
de los libros, ya me aburrían incluso los momentos de sexo. Más de una vez,
ante el predecible comienzo de un polvo, pasaba las páginas en vez de leérmelo.
Y es que llegan a hacerlo tres o cuatro veces seguidas, y eso cansa incluso
solo leyéndolo. Constantemente echaba de
menos un poco de argumento, un poco de historia para entretener la cabeza y no
la libido (quizá porque para eso ya tengo el sexo real).
Y es que se le podía haber sacado un poco más de chicha a los personajes
secundarios. La presencia de José me hizo pensar que podría estar (de
nuevo) ante un triángulo amoroso, algo que a pesar de típico podría haberle
dado más emoción a la historia. Y el personaje de Katherine está únicamente
para justificar el primer encuentro entre la pareja protagonista, ya que al
ponerse enferma le cedió su puesto de entrevistadora a Anastasia. Por lo demás,
que alguien me diga qué pinta esta muchacha. ¡Qué pena me daría a mí tener una
relación tan fría y distante con mi mejor amiga! Podrían haber tenido más
conversaciones, al menos más profundas, haberse dado más consejos teniendo en
cuenta que sus ligues son hermanos; yo que sé, un poco de “charla de chicas” en
vez de tanto monólogo de la protagonista. Creo que la escritora manda de viaje
dos semanas a Katherine para quitársela de en medio y no tener que prestar
atención a ningún otro personaje aparte de la pareja. Y es que lo mismo pasa
con los padres de Anastasia y los padres de Grey: están de adorno. Estos últimos
podrían haber ayudado a la protagonista a entender mejor a Christian, por
ejemplo. Los únicos secundarios que tienen alguna influencia en la historia son
la señora Robinson y el jefe acosador de Anastasia, al menos dan algo de acción
a la trama. Porque la ex sumisa de Grey (Leila o Leia o algo así) parecía que
iba a poner las cosas algo emocionantes pero al final resultó ser una completa
decepción.
Pero no todo de esta saga es malo. Para empezar, es entretenida y
fácil de leer, como he comentado antes engancha aunque la escasez de sucesos
emocionantes pueda llegar a aburrir en determinados momentos. Pero por lo que de verdad destaca 50 Sombras de Grey, por lo que creo que
ha tenido tanto éxito y es algo que al menos hay que reconocerle; es por haber
liberado sexualmente a muchas mujeres de muchas edades. Éstas han perdido
el miedo a leer sexo, a hablar de sexo y a vivir el sexo. Han descubierto que
se pueden hacer más cosas en la cama aparte de las típicas y que no hay nada de
sucio o pervertido en ello, ni tampoco en disfrutar leyendo ese tipo de cosas. Eso
sí, la saga está bien siempre que se sepa interpretar con cabeza. Es este post
me he hartado de decir que se puede ser sumisa dentro de la cama pero no fuera,
o, qué narices, ¿por qué no puede ser una mujer la dominante? Disfrutar de la
intimidad con tu pareja no está reñido con ser una mujer fuerte, que sabe
ponerse es su sitio ante un hombre. Aunque el ejemplo sea un poco vulgar, que
una mujer se ponga a cuatro patas ante su pareja no significa que luego le
tenga que pedir disculpas por salir sola a la calle. Así que por favor chicas,
sed sensatas. Un chico que respete y
valore vuestra personalidad es mucho mejor que cualquier millonario trastornado,
por muy guapo que sea.